Mis padres no entienden. ¿Cómo puedo hablar con ellos sobre mi salud mental? / My parents don't understand. How can I talk to them about my mental health?
¡Has dado un gran primer paso! Es fundamental hablar de las dificultades de salud mental que estás atravesando y pedir ayuda. Estas conversaciones pueden ser difíciles, pero son esenciales. Mereces ayuda y apoyo para cuidar de tu salud mental.
No te desanimes si la primera conversación que tuviste con tus padres no salió como esperabas. Hay muchas razones por las que tus padres podrían reaccionar negativamente al hablar sobre salud mental, y eso no significa que no les importes. A veces las condiciones de salud mental están estigmatizadas, especialmente en ciertas culturas que han sufrido violencia u otros tipos de discriminación debido a sus creencias, comportamientos o vulnerabilidades en el pasado. Es posible que tus padres vean la salud mental desde esa óptica estigmatizada y teman que una etiqueta diagnóstica pueda afectarte a ti o a tu futuro.
Mereces apoyo y acompañamiento para cuidar tu salud mental, y tienes el poder de combatir el estigma al seguir expresándote. Con ayuda, puedes conseguir el futuro que deseas para ti.
A continuación, encontrarás algunas recomendaciones para ayudarte a compartir con tus padres o cuidadores lo que estás viviendo y pedir el apoyo que necesitas.
Cómo preparar el momento
Las conversaciones difíciles no deberían surgir de forma inesperada. Puede ser útil avisarles con antelación que estás atravesando una situación difícil y que te pone nervioso hablar del tema. Diles desde antes que esperas que te comprendan.
Busca un momento y un lugar donde tú y tus cuidadores puedan hablar en privado, lejos de otras personas o distracciones. Pide a todos que dejen sus teléfonos a un lado durante la conversación. Tal vez puedan sentarse al aire libre, dar un paseo o visitar algún lugar tranquilo, como un parque.
Qué decir
Planea lo que vas a decir.
Anotar algunas ideas puede ayudarte a prepararte para la conversación. Reflexiona sobre lo que estás sintiendo y cómo te ha estado afectando.
- ¿Tus síntomas han afectado tu motivación para hacer cosas en casa?
- ¿Han bajado tus calificaciones?
- ¿Ya no te dan ganas de pasar tiempo con tus amigos o hacer cosas que antes disfrutabas?
Sé específico
Habla del impacto que tus síntomas han tenido en tu vida cotidiana. Al principio, evita usar términos clínicos o etiquetas de salud mental. Por ejemplo:
- “Cada mañana, el corazón me late tan rápido y me duele tanto el estómago que me da pánico ir a la escuela, aunque antes me gustaba. Ya he llegado al punto de faltar a mi clase de la sexta hora porque tengo miedo de que la profesora me haga una pregunta. Y cuando estoy en clase, estoy tan nervioso que me cuesta respirar y siento que me voy a desmayar”.
- "Últimamente me he sentido muy decaído. No puedo dejar de llorar y me cuesta muchísimo simplemente levantarme de la cama por las mañanas. Todo me resulta una carga, incluso contestar los mensajes de mis amigos. Siento que también ha afectado nuestra relación, porque siempre discutimos por las tareas de la casa, y en este momento me resulta casi imposible hacerlas”.
Conversa abiertamente
Permite que tus cuidadores te hagan preguntas sobre lo que estás viviendo. Algunos padres pueden confundir los síntomas de una condición de salud mental con sentimientos comunes de estrés o tristeza, y pueden empezar a proponer soluciones que ahora mismo no te resultan útiles ni reconfortantes. Puedes agradecer sus consejos y su punto de vista, pero sé sincero sobre lo que te sirve y lo que no. Aquí tienes algunas respuestas que podrías usar:
- “Agradezco que quieras ayudarme, pero ya he intentado salir más, y creo que esto es más serio que eso”.
- “Entiendo que participar en clase no te afectaba de la misma manera, pero a mí me está afectando así en este momento. De verdad necesito ayuda para mejorar”.
Si te sientes abrumado o ansioso, está bien hacer una pausa y respirar profundo mientras organizas tus ideas.
Hablen sobre los pasos a seguir
No pasa nada si no tienes un plan para los próximos pasos. Pídeles ayuda a tus padres para pensarlo juntos. Si estás pensando en acudir a un profesional de salud mental o iniciar una terapia, podrías comenzar por hablar con el consejero de tu escuela o pedir una cita con el médico de familia. A veces, los síntomas de salud mental pueden estar relacionados con un problema físico, por lo que consultar al médico de familia puede ayudar a descartar otras causas. Tu médico también puede remitirte a un profesional de la salud mental.
Si tu familia tiene seguro médico, tus padres pueden llamar al número que aparece en la parte posterior de la tarjeta para pedir una derivación a un profesional de salud mental que atienda a niños y adolescentes. Si tu familia no cuenta con un seguro privado, tus padres pueden comunicarse con los servicios comunitarios de salud conductual del condado y buscar en internet programas disponibles en tu zona escribiendo “servicios comunitarios de salud conductual [ciudad] [estado]”.
Trabajen en equipo
Si te parece seguro y útil, habla con tu terapeuta sobre la posibilidad de hacer terapia familiar o invitar a tus padres a participar en algunas sesiones. Tu terapeuta puede ayudar a tu familia a abordar dinámicas poco saludables, como pasar poco tiempo juntos, discutir con frecuencia o hacer críticas que dificultan tu bienestar emocional. También puede orientar a tus padres sobre tu condición de salud mental y ofrecerles consejos y estrategias para acompañarte en tu recuperación.
Algunos padres pueden mostrarse reacios a participar en terapia por temor a ser cuestionados o juzgados por la forma en que han criado a sus hijos. Los profesionales de salud mental comprenden que todos los padres hacen lo mejor que pueden con las herramientas y conocimientos que poseen, los cuales muchas veces se basan en cómo fueron criados ellos mismos. Puedes fomentar la participación de tus padres al reconocerles su esfuerzo y recordarles que en la terapia aprenderán juntos nuevas formas de mejorar como familia.
Anímalos a seguir aprendiendo sobre cómo apoyarte inscribiéndose en NAMI Basics, un programa educativo gratuito de 6 sesiones para padres, cuidadores y otros familiares que se ocupan de niños, adolescentes y jóvenes adultos que están atravesando dificultades de salud mental. Las clases son gratuitas y están disponibles en línea o de manera presencial.
He probado todas estas estrategias y mis padres siguen sin apoyarme
¡Sigue hablando! Tu salud mental es importante, y es fundamental que sigas expresando lo que estás viviendo. No te rindas hasta que consigas la ayuda que necesitas. Aquí tienes otras opciones para buscar apoyo si tus padres o cuidadores no te brindan el respaldo que necesitas:
Habla con otro adulto de confianza
Un adulto de confianza puede ayudarte a tener una conversación con tus padres, o puede darte apoyo y consejo para conseguir ayuda sobre salud mental sin que tus padres se impliquen. Puedes acudir a otro familiar adulto, como una tía, un abuelo o un hermano mayor, un profesor o personal escolar, un entrenador, un líder religioso, o cualquier otra persona adulta en quien confíes y con la que te sientas cómodo hablando sobre tu salud mental.
Considera la posibilidad de buscar tratamiento por tu cuenta
Visita a tu consejero escolar, trabajador social o psicólogo. Puedes obtener más información sobre los consejeros escolares aquí.
En algunos estados, los menores de 18 años pueden acceder a tratamiento de salud mental sin necesidad del permiso de sus padres, por un tiempo o número de sesiones limitados. Investiga las leyes sobre el consentimiento de menores en tu estado buscando en internet: “autoconsentimiento de menores de edad para el tratamiento de salud mental [ciudad] [estado]”.
Busca apoyo entre pares
Recuerda que no estás solo. Muchos jóvenes han pasado por situaciones similares y han logrado retomar el control de sus vidas. Considera ponerte en contacto con grupos de apoyo de pares para hablar con alguien que haya pasado por algo parecido.
- Teen Line ofrece apoyo, recursos y esperanza a los jóvenes a través de una línea directa atendida por consejeros adolescentes capacitados, además de programas educativos que buscan desestigmatizar y normalizar la salud mental.
- Llama al 800-852-8336 entre las 6 p. m. y las 10 p. m., hora del Pacífico.
- Envía un mensaje de texto con la palabra "TEEN" al 839863 entre las 6 p. m. y las 9 p. m., hora estándar del Este.
- Para enviar un correo electrónico, completa el formulario de correo electrónico en la página web de Teen Line.
- Trevor Project brinda apoyo y consejería en crisis a jóvenes lesbianas, gais, bisexuales, transgénero, queer o en proceso de cuestionamiento (LGBTQ) que enfrentan desafíos relacionados con su identidad, la salida del clóset, la depresión o pensamientos suicidas. Está disponible las 24 horas, los 7 días de la semana, todo el año.
- Llama al 866-488-7386.
- Envía un mensaje de texto con la palabra “START” al 678-678 o
- Chatea en línea
- TeenTribe Wellness Community ofrece una comunidad en línea gratuita donde los adolescentes pueden conectarse, compartir sus historias y recibir apoyo en un espacio seguro y accesible.
Pide ayuda de inmediato si estás en crisis
Si tus síntomas empeoran y sientes que estás en crisis, o si tienes pensamientos de hacerte daño o hacerle daño a otra persona, llama de inmediato al 988, la Línea de Prevención del Suicidio y Crisis. Tómate muy en serio estos pensamientos y emociones, y recuerda que hay ayuda disponible para ti en este momento. Los consejeros de la línea 988 están preparados para apoyar a jóvenes en crisis las 24 horas del día, todos los días del año.
- Llama al 988
- Envía un mensaje de texto al 988
- Chatea en https://988lifeline.org/chat/
Ten en cuenta lo siguiente: No todos los recursos mencionados están disponibles en español. Te recomendamos buscar una extensión para el navegador que traduzca automáticamente los recursos relevantes al español o que le pidas ayuda a un amigo o familiar para traducir o navegar los recursos.
Horas de operación: Lunes-Viernes, 10 a.m. – 10 p.m. EST
Llamada: 800-950-NAMI (6264)
Mensaje de Texto: 62640
Correo Electrónico: helpline@nami.org
Sitio Web: www.nami.org/help